Glauco Sosa
La producción mundial de maíz se estima en más de 800 millones de toneladas métricas por año, de éstas 730 millones son de maíz amarillo y 70 millones de maíz blanco.
El maíz amarillo se destina para la agroindustria y el maíz blanco para consumo humano. Según la FAO (2007-2010), del maíz blanco sólo se comercializa unos dos millones de toneladas, por esta razón, se da tanta importancia al aspecto de seguridad alimentaria en los países que basan su dieta en los granos básicos, como es el caso del istmo centroamericano.
Este grano ocupa el primer lugar en superficie sembrada con 480 mil manzanas, una producción de 586 mil tm para una demanda de 959 mil tm, para cubrir esta demanda, se importan 373 mil tm. El consumo per-cápita es de 74.0kg por año. (Años 2009-2010). Los departamentos con mayor producción reportada son Olancho con 205 mil tm (34.9%), El Paraíso con 100 mil tm (17.1%), Yoro 100 mil tm (17.1) y Santa Bárbara con 86 mil tm (14.7).
Los números en paréntesis corresponden al porcentaje con que cada uno de los departamentos citados contribuyen a la producción nacional; en suma, todos ellos aportan en un 83.4% a la producción nacional. (Años 2009-2010). En el país se produce mayor cantidad de maíz blanco y menor cantidad de maíz amarillo.
El maíz blanco se utiliza para consumo humano, como tortilla y otros subproductos, el amarillo se destina en un alto porcentaje para la formulación de alimentos balanceados para consumo animal. La producción de maíz tiene una estacionalidad muy marcada. El 79% de la cosecha se obtiene de octubre a diciembre lo que contribuye a que los precios tengan grandes variaciones durante el año. Los precios inferiores se observan en noviembre y diciembre, los más altos en junio y agosto.
La semilla es el factor que más influye en la productividad del cultivo. La selección de una buena variedad/híbrido de maíz es muy importante para mejorar la producción de maíz de una zona o región. Lo recomendable es sembrar semillas certificadas debido a su excelente germinación y vigor, provenientes de variedades/líneas genéticamente puras.
En Honduras se utilizan dos tipos de semillas para la producción de maíz: las de polinización libre y los híbridos o polinización controlada; las primeras se empezaron a utilizar desde los años 50s y los híbridos en los años 70s.
Las semillas híbridas son mejores en el aspecto de rendimientos, comparadas a las semillas de polinización libre, pero su manejo es más exigente. El híbrido es más uniforme y el rango de adaptación es más estrecho. El productor no puede utilizar semillas provenientes de la misma planta para el próximo ciclo, porque en la siguiente generación pierden su vigor híbrido y los rendimientos disminuyen hasta un 20%.
Las variedades de polinización libre son generadas a través de familias y su producto se denomina compuesto y los sintéticos son generados a través de líneas parcialmente endogámicas, ambos materiales el productor los puede utilizar por varios ciclos, siempre y cuando la variedad esté aislada de otras variedades. Es importante mencionar que la variedad de polinización libre tiene un rango de adaptación amplio, un límite en la fertilización y presenta mayor variación en cuanto a características fenotípicas de la planta.
El híbrido convencional es el resultado del cruzamiento entre dos, tres y cuatro progenitores genéticamente diferentes, los híbridos simples son el producto de la cruza dedos padres (AxB), los triples resultan de la combinación de tres padres (AxB) C y los híbridos dobles cuando se cruzan cuatro padres (AxB) x (CxD). Los híbridos modificados resultan cuando se derivan sublíneas de un progenitor común. Ejemplo:
Hibrido de maíz DICTA 96
En la actualidad se siembran unas 198,000 hectáreas de maí¬ces criollos y unas 42,000 de hí-bridos, pero el uso de esta mo¬dalidad de grano ha ido ganan¬do terreno entre los producto¬res comerciales, informaron re¬presentantes de casas distribui¬doras durante la presentación de dos tipos de híbridos resistentes a diferentes gusanos y malezas.
En Honduras hay dos épocas de siembra para el cultivo de maíz: Primera y postrera, ambas están condicionadas al régimen de lluvia de cada región.
La mejor época de siembra para el cultivo del maíz en el país es del 15 de abril al 15 de junio. El trimestre con los días luz más largos del año comprende los meses de mayo, junio y julio; es en esta época donde el maíz se desarrolla mejor.
La siembra tardía del maíz, o sea pasado el período antes indicado, expone al cultivo a una mayor incidencia de plagas y enfermedades; especialmente al virus del “achaparramiento”. El agricultor que siembre del 25 de junio en adelante, principalmente en las zonas costeras, debe ser más estricto en la selección de la semilla que va a sembrar, utilizando aquellos materiales que toleran el virus del “achaparramiento”.
La siembra de primera es la más importante, la lluvia es más abundante y los días luz son más largos en esta época. Los meses para la siembra de primera son mayo, junio y julio. Normalmente las siembras de primera comienzan en mayo, extendiéndose hasta el 15 de junio y en algunas regiones hasta el 15 de julio, sobre todo en la costa norte. Sin embargo, para este período se corre el riesgo de hacer siembras tardías con la consecuencia de que el cultivo se vea expuesto a mayor incidencia de malezas, plagas y enfermedades. Como “achaparramiento”. Para la zona Centro Sur el período de siembra se reduce, ya que las lluvias caen en un período relativamente corto.
La época de siembra de postrera está determinada por las últimas lluvias de la estación de invierno. La siembra en la zona sur es del 15 al 31 de agosto. Para el departamento de Olancho y región de Occidente se hace en los meses de octubre y noviembre. En la costa norte el período se prolonga hasta la primera quincena de enero.
Asesor Técnico - Honduras
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