Glauco Sosa
Los fertilizantes utilizados por la agricultura profesionalizada suelen presentarse en estado sólido, gaseoso y líquido. Los más utilizados son los fertilizantes líquidos y los fertilizantes sólidos.
Lo primero al analizar características de los fertilizantes, ya sea en estado líquido o sólido, es dejar claro que los abonos y los fertilizantes son exactamente lo mismo.
En una segunda fase, hay que considerar que, según el estado físico en el que se presenten los abonos o fertilizantes, así será su aplicación en la plantación o en el suelo agrícola, y también influirá en la integración de los nutrientes en el suelo. Estos elementos nutritivos tendrán características similares, ya sea la aplicación de fertilizantes líquidos, sólidos o gaseosos, aunque podría variar la proporción de cada uno de los nutrientes.
Aplicados directamente o disueltos en agua, los fertilizantes líquidos consiguen una rápida efectividad, ya que son absorbidos rápidamente. Pueden aplicarse al cultivo antes o después de la siembra y tienen su origen en materiales químicos u orgánicos.
En su presentación, pueden encontrarse en el mercado en forma de suspensiones o mezclas y soluciones.
Este tipo de abonos o fertilizantes suelen presentarse en polvo, granulados, macro-granulados, en pastillas, bastones, etc.
La aplicación de fertilizantes líquidos ofrece alguna ventaja sobre los sólidos. Una de ellas es que el manejo es totalmente mecánico en el caso de los líquidos, lo que puede agilizar las tareas. Además, consiguen un gran rendimiento y una gran uniformidad sobre el terreno.
Podemos distinguir entre tres métodos de aplicación de fertilizantes distintos:
Existen tres formas de aplicar un fertilizante: Al suelo (radicular), al follaje (foliar) y al agua de riego (fertirriego).
Consiste en aplicar el fertilizante de manera directa o diluida en agua, en la base de la planta o en el sustrato, para que los nutrientes se encuentren presentes lo más cercano a sus raíces y éste pueda ser aprovechado por la planta. Esta fertilización permite que las plantas capten los nutrientes en forma adecuada con un suelo firme y un drenaje adecuado, para que se aproveche durante un período de tiempo más prolongado, pero si un suelo es muy suelto, el agua de riego escurrirá rápidamente y no podrá ser aprovechada por las raíces.
Si se utilizan productos ecológicos no existe posibilidad de sobre fertilizar y dañar la planta, pero si se usan productos químicos hay que tener especial cuidado en la dosis para no quemar sus raíces.
Una mala aplicación puede llegar a matar a la planta. Generalmente se aconseja no fertilizar en forma radicular una planta que fue recientemente trasplantada. Se deben esperar como mínimo unos 30 días.
La aplicación de fertilizantes al suelo comprende dos aspectos: la forma y el momento de aplicación.
Se realiza según necesidades del cultivo y las reacciones del fertilizante con el suelo: antes de la siembra, durante la siembra o posterior a la siembra.
Es la nutrición a través de las hojas, se utiliza como un complemento a la fertilización al suelo. Bajo este sistema de nutrición la hoja juega un papel importante en el aprovechamiento de los nutrientes. Consiste en aplicar el fertilizante en forma de lluvia a las hojas de la planta. La gran ventaja de esta fertilización está en el tiempo que se demoran los nutrientes en estar disponibles para la planta, ya que al entrar el producto en contacto con las hojas se absorbe de forma inmediata y los resultados pueden observarse en menos tiempo.
Los factores que influyen en la fertilización foliar pueden clasificarse en tres grupos:
Actualmente se sabe que la fertilización foliar puede contribuir en la calidad y en el incremento de los rendimientos de las cosechas, y que muchos problemas de fertilización al suelo se pueden resolverá través de ella. La hoja tiene una función específica de ser la fábrica de los carbohidratos, pero por sus características anatómicas presenta condiciones que permiten la absorción de los nutrientes.
Es una técnica de aplicación de abonos disueltos en el agua de riego a los cultivos.
El objetivo principal de la fertirrigación es el aprovechamiento del flujo de agua del sistema de riego para transportar los elementos nutritivos que necesita la planta hasta el lugar donde se desarrollan las raíces, con lo cual se optimiza el uso del agua, los nutrientes y la energía, y se reducen las contaminaciones si se maneja adecuadamente.
Asesor Técnico - Honduras
Ing. Agronomo, con mas de 10 años de experencia en el campo.
Correo Electr�nico: ventas@cadelga.hn